Recuerdos del imperio del átomo

Partiendo de una clara intención de homenajear la ciencia ficción clásica, la más pulp y cincuentera, al guionista Thierry Smolderen y  al dibujante Alexandre Clérisse le ha salido una obra de una gran sensibilidad, mayor belleza y de difícil clasificación más allá de su hipnótica capacidad de atracción en el lector.

Saltando entre tres periodos temporales como son los años 20, los 50 y un futuro propio del mejor Flash Gordon, esta obra nos cuenta la historia de  Paul, nuestro protagonsita, quien lleva toda la vida en contacto mental con un héroe del futuro, en el que no cree nadie. Convertido en un personaje famoso gracias a un artículo de su psiquiatra, acabará participando en un terrible complot para dominar el mundo.

Ciencia ficción clásica, futuristas imperios, estética del 50, cameos de Franquin y Mad Men, This island earth... todo esto y mucho más no encontraremos dentro  de las páginas de Recuerdos del imperio del átomo. Pero si el guión y la historia que nos cuentan sus autores es cautivadora, el dibujo de Clérisse es una pequeña maravilla que parece salida directamente de la publicidad que se hacía en los años 50. Como un homenaje a los Shadoks, famosos dibujos animados franceses y al trabajo de Friz Freleng  en la Pantera Rosa.

Esta obra es un soplo de aire fresco que gustará a todos aquellos lectores inconformistas con lo mismo de siempre y que quieran experimentar con una historia que resulta más compleja de lo que en un principio parecía.

Si os entra por los ojos no lo dudéis, la historia sabrá recompensaros.