lunes, febrero 10, 2014

El canto de los sables




Parece que este principio de año es tiempo de cómics distintos, dispuestos al cambio, esperanzadores. Dentro de este contexto, el guionista Antoine Ozanam y el dibujante Tentacle Eye nos traen una historia de Samuráis (aunque bueno más que Samuráis deberíamos hablar de guerreros mandarines puesto que la acción tiene lugar en China) dispuesta a renovar el genero, tanto en la parte temática como en la parte gráfica.

Un cómic que podríamos definir como un camaleón, literalmente por el contenido cromático de sus viñetas y metafóricamente por lo cambiante de su premisa temática. Una historia de un Mandarín loco y de su guardaespaldas atrapado por el sentido del deber, aún cuando la realidad le indica todo lo contrario.

De las escenas más poéticas pasamos sin casi tiempo de reflexión a las escenas más violentas, dignas de cualquier manga del genero. con luchas de espadas, desmembraciones, cabezas voladoras, etc... Tempestad y poética calma. Un transito por el que Tentacle Eye sabe llevarnos con suavidad, sin que nuestros ojos y sobre todo nuestra mente sufra en las transiciones.

Un cómic con mucha personalidad y con un ambiente muy particular que sin duda sabrá hacerse con sus lectores, aún a costa de perder a muchos por el camino.

Para lectores que busquen una historia de "Samuráis" diferente y a los que propuestas como Taketmisu Zamurai no hayan dejado indiferentes.

Otro acierto en la prometedora carrera editorial de Yermo ediciones, que parece llegan a nuestro mercado con la clara intención quedarse. Por lo visto, calidad y valentía en sus propuestas no va a faltar.

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