lunes, septiembre 09, 2013

Theodore Poussin



La importancia de la relectura, ese magnífico placer que hoy en día casi es un lujo y en el caso de los libreros una misión imposible. Pero qué importante es y qué grandes sorpresas nos depara.

Como muestra un botón. Con motivo de la pasada visita de Frank Le Gall al pasado festival del cómic de A Coruña, revisité y completé la saga de Theodore Poussin que ya hace muchos, muchos años que había leído en una edición portuguesa y que pese a que me había dejado muy buen recuerdo no me caló de la misma manera que lo ha hecho esta segunda lectura.

Porque bajo esa capa de epígono de Tintín, ergo Hergé hablamus, se esconde una de los tebeos de aventuras más fascinantes que os podréis encontrar, con referencias directas a Conrad, Stevenson, Kipling en la parte literaria y a Chaland y Corto Maltés en la más comiquera.










Theodore Poussin es una obra que pese a que nosotros podremos encontrar en unos bonitos y muy apañados de precio integrales,  realmente se dilató creativamente en el tiempo. Por eso, en sus álbumes vemos como el personaje de Theodore, un atípico héroe de aventuras que tiene mucho más de antihéroe, va evolucionando al mismo tiempo que lo hacen sus condiciones vitales y los personajes que lo rodean. El personaje crece al mismo tiempo que lo hacen sus lectores, no tanto de una manera literal, como si de una manera espiritual.

Frank Le Gall huye en esta su máxima creación de los clichés y gusta de jugar con el lector haciéndolo partícipe de sus inquietudes creativas y convirtiendo cada tomo de Poussin en  una experiencia distinta. Su particular desapego por lo personajes que van teniendo protagonismo en la historia, así como su habilidad para hacerlos desaparecer de escena con la misma facilidad que los recupera tomos después, son una de las señas de identidad de la serie y uno de los motivos que la hace especial. Pero por supuesto hay mucho más. Los pequeños experimentos narrativos, la intención de tomar un nuevo rumbo con cada historia, las distintas apuestas gráficas... y Noviembre, ese personaje capaz de robar protagonismo al propio Theodore y que jugará con nuestros sentimientos de la primera a la última página.









Inútil entrar en estériles debates de cual es el mejor álbum de los 12 que se recopilan en esto tres integrales españoles. Unos se quedarán con María Verdad (con la inestimable colaboración de Yann en los guiones, otros hablarán de El valle de las rosas, etc...

No dejéis que los prejuicios os jueguen una mala pasada y acercaros a las aventuras de Theodore de una manera sincera. Sin duda, a poco que pongáis de vuestra parte, el autor y su creación os sabrán recompensar con creces.



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