miércoles, septiembre 26, 2012

Pax Romana



Siempre nos quejamos de lo previsible y alienado que está el panorama del cómic actual. Los modelos se repiten y cuando surge algo nuevo tiende a ser copiado hasta la extenuación. Pax Romana, es uno de estos cómics llamados a crear escuela.

Con un marcado tono literario que se ve reforzado por la gran cantidad de textos de apoyo e incluso por los insertos de novela ilustrada, Hickman nos propone una historia de ciencia ficción que tiene como fuerza motriz la trama de un salto temporal que servirá para cambiar el mundo hacía un futuro mejor. Hablamos de un futuro mejor tal y como puede ser entendido por una mentalidad católica, puesto que es el Vaticano el encargado de programar este salto y mandar a la época romana (a priori el mejor punto para empezar el cambio) un grupo de elegidos a modo de fuerza militar. Por supuesto, las cosas no van a salir como estaban planeadas.

Hickman aprovecha esta historia de ciencia ficción para ir un poco más allá y tejer una trama sociopolítica llena de matices donde hay espacio para la acción,  las intrigas y las sesudas reflexiones, consiguiendo que el lector se sienta, página a página, más atrapado dentro de la historia. Pero Hickman no solo lleva la voz cantante en cuanto a la historia se refiere, sino que para la ocasión, a su labor de guionista también suma su labor como dibujante, realizando Pax Romana como autor completo.

Con un dibujo esquemático, cercano en muchos casos al boceto, y apoyado por una don natural para la narrativa, Hickman consigue que olvidemos cualquier posible carencia gráfica en aras de una historia que nos llevará en volandas de principio a fin.

Pax Romana no es un tebeo fácil. Algunos incluso lo podrían definir como experimental. Lo que está claro, es que Hickman sabe muy bien lo que quiere contarnos con esta historia y demuestra que tiene el talento necesario para contarla de la forma que él quiere. En manos de otro autor, Pax Romana podría ser un infumable truño abandonable en la segunda página, pero Hickman consigue que la lectura de Pax Roman sea un in crescendo con la guinda final de la reflexión final a la que nos conduce toda la historia.

Muy recomendable para todos aquellos lectores que busquen una lectura diferente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

de tudo o que li ate agora , este é o melhotr do ano