miércoles, noviembre 24, 2010

La tienda de las ilusiones


Me acabo de convertir a la religión del Rabatismo. Creo que en el fondo, ya hace tiempo que profeso esta religión. Por lo menos desde los tiempos de Río Abajo y La virgen de plástico, pero esta nueva obra de Rabaté ha sido como una epifanía. ¡Hermanos, he visto la luz!

No sé explicaros muy bien cómo lo hace, pero este autor consigue tocarme la fibra con cada entrega. Parece que siempre cuenta la misma historia, pero qué lejos está la realidad de este supuesto. Historias costumbristas, personajes comunes sin aparente sustancia, pequeñas comunidades donde el tedio es la norma. Y de repente, llega Rabaté para ir modificando lo establecido. Con el mismo ritmo lento con el que suceden las cosas, estas empiezan a cambiar. Pequeños detalles. Cosas que van sucediendo. A veces en primer plano de acción, llevando el pulso de la narración. A veces en segundo plano, sin llamar la atención. Personajes que parece salidos de lienzo blanco y que van ganando personalidad viñeta a viñeta, diálogo a diálogo.

Con la misma sobriedad con que nos cuenta sus historias, Rabaté las dibuja. Con un estilo personal pero no excesivamente definido, con una paleta de colores funcional y de enorme belleza, con viñetas que son la perfecta continuación una de otra.

Qué pena que en la traducción española se haya perdido el título original del álbum "Le petit rien tout neuf avec un ventre jaune", porque este título resume a la perfección la obra de Rabaté. Esa mezcla entre realidad y magia, donde la melancolía deja paso al humor y donde lo complejo se vuelve simple.

De todas formas, ya sabeis como va esto. Os hablo de esta serie con el entusiasmo con el que lo hago, vosotros la leéis y luego no os llega de la misma manera. Si eso pasara, sería un signo inequivoco de que no profesáis el Rabatismo. La solución, pues mucha oración y volver a leeros las obras anteriormente citadas. Si os sirve de consuelo, con Ibicus yo también llegué a dudar.

2 comentarios:

Paulo Mosca dijo...

Uau, que pinta más interesante.
Apúntamelo para la lista de reyes, guapetón.

Anónimo dijo...

A Rabaté lo conocí por "Ibicus" (4 tomos) y me fascinó su dibujo.

En "Rio abajo" ya me fascinó todo.

Y aquí sigo.