jueves, junio 04, 2009

All*Star Superman


Morrison y Superman. Mi Kryptonita personal en doble dosis. Todo un reto para mi como lector. Todos los testimonios eran positivos. Quizá este podría haber sido el momento en el que todo iba a cambiar. Además, que Quitely se sumara a la ecuación, no podía sino poner más optimismo en mi lado de la balanza.

Que no se diga que no puse de mi parte. Comencé la lectura de este tomo, de esta miniserie de 12 números, pensando que de esta iba la vencida. Este era el tebeo en el que Morrison, por fin, me demostraba que no era un autor totalmente sobrevalorado. Desafortunadamente, la realidad me golpeó, una vez más, de frente. Como un tren de mercancías.

Comprendo que para el grueso de aficionados al universo Superman, y en particular el de los seguidores de Morrison, esta obra pueda ser el evangelio de Superman según San Grant. Si ampliamos el espectro a un lector medio no creo que la calificación vaya más allá de un tebeo correcto.

Yo me quedo en esta franja. Tampoco voy a decir que este Allstar Superman sea un truño pinchado en un palo. Sólo la labor gráfica de Quitely merecería elevarlo por encima del truño, e incluso hubo partes, fragmentos de historia, que casi encienden la chispa de la esperanza. Pero en el global, y pese a que la puesta en escena del dibujante arregla muchos fallos de Morrison, me parece otro bluff más del guionista. Una revisión, un tanto nostálgica del personaje, donde se revisan fragmentos de su existencia. La premisa, a priori, no era nada mala, pero como siempre, Morrison lleva todo al paroxismo narrativo y este es el punto donde mi función como lector no da para más. Justo en el momento en que alguna idea que podríamos definir como genial aparece, el guionista y sus excesos se encargan rapidamente de enterrar todas mi esperanzas. Puedo tragarme cosas como la supermáquina de coser, el perro Krypto, pero no negaré que conceptos como la "microsingularidad" o el "infraverso", diálogos como este; "...como confirman los estudios de neoconciencia, la conciencia individual persiste momentáneamente y construye por sí misma palacios de pensamiento o infiernos complejos donde vivir..." personajes como el Superman del año 4500 o el psicotropico número del planeta bizarro, con el Superman Zibarro, son demasiado para mi.

De todas formas, cuando tanta gente habla maravillas de esta obra, y lo que es más importante, se gasta sus dineros en comprarla, algo tendrá. Así que, voy a dar por hecho que el problema sigue estando en mi, y en mi practica imposibilidad de tragarme algo de Morrison, y la poca estima que le tengo al amigo Superman. Dos barreras demasiado altas para ser superadas por este pobre mortal. Sorry, al menos lo intenté.

3 comentarios:

franpino dijo...

Ayns, pobre. Ya te imagino sufriendo mientras lo leías... Nada, he de decir a tu favor que a veces, y sobre todo con este superman, parece que Morrison más que nunca juega a un quiero y no puedo ser Alan Moore.

david rubín dijo...

Pues a mi, que no soy fan de Morrison y tampoco de Superman, me ha parecido el mejor tebeo que he leido en lo que va de año. Y no hablo de tebeos de superheroes, hablo de TEBEO.

Un abrazo!

d.

Anónimo dijo...

Pues yo siento un poco como Zeke. Un poco, no llego a su punto, pero hay cosas que me sacan de quicio en él. Lo hablaremos con unas cañas, David.

raúl