viernes, enero 02, 2009

La guerra de Alan

Tercera y última entrega de las aventuras del soldado Alan Ingram Cope, narradas por él mismo y puestas en imágenes por Guibert, dibujante, entre otras, del Fotógrafo.

A primera vista llama la atención el cambio de color en las cubiertas del libro. Del amarillo de los dos primeros tomos pasamos a un marrón en este tercero. Esta decisión puede parecer gratuita a primera vista, pero cuando acabamos la lectura, esta decisión cobra más sentido. Porque pese a ser el tercero de una serie, no resultaría descabellado pensar en esta última entrega como una obra en sí misma. Cierto es que las experiencias vividas por Alan en su etapa militar le da coherencia a toda la obra y que sin ellas, este tercer volumen no se entendería de la misma manera.
El primer tomo se centró en el entrenamiento de Alan en suelo americano antes de partir a Europa. En el segundo se nos cuentan sus experiencias de combate y más concretamente en la extraña misión encomendada a su pelotón. Finalmente, el tercero nos cuenta la vida de Alan después de que el conflicto bélico acabara. Su regreso al mundo civil, a su vida, dedicándole especial atención a su relación con las amistades contraídas durante su vida de militar, tanto soldados con los que convivió, como gente que fue conociendo en Francia, Austria y Alemania.

En conjunto, este La guerra de Alan, se transforma en un obra reseñable, de un gran valor tanto por lo que se nos cuenta como por como se nos cuenta. Un tebeo que va a interesar por igual a los fans de El Fotógrafo (puesto que Guibert adopta el mismo estilo gráfico, cercano al story board e incluso intercalando retratos fotográficos) como a los fans de Hermanos de sangre.
Además, el hecho de que todo el relato esté salido de los recuerdos y vivencias de Alan Ingram, haciendo, como suele pasar, la realidad más increíble que la ficción, le otorga a este libro un tinte especial a modo de vivencia histórica.
Estoy seguro de que si en la enseñanza se usara este libro como texto de apoyo, muchos alumnos verían de diferente manera la segunda guerra mundial y por extensión los conflictos bélicos.


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