lunes, octubre 15, 2007

Cash: I see a darkness


Hello, I'm Johnny Cash.

Desde el momento en que oí hablar de este tebeo, se puso automaticamente en mi radar. Intenté conseguirlo de importación en su día, pero la cosa no estaba nada fácil. Cuando me enteré que Planeta lo tenía en plan editorial, me dije, esta es la mia.

Está claro que este es un tebeo para fans. En cierta manera es cierto, aunque pese a que no hayas oído hablar en tu vida de Johnny Cash, estoy seguro de que si lees el libro te va a proporcionar un buen rato de lectura y acabarás queriendo escuchar un disco de este hombre.
Pero no hay duda que el puntillo fan es el que pasa a este tebeo de uno más del montón a un J-imprescindible.

La historia se centra, por supuesto, en la vida y obra de Cash. Pero al contrario que en la más que correcta versión cinematográfica, Walk the line, aquí la historia de amor entre Cash y June Carter queda en un segundo plano. Está, porque la vida de Cash es mitad su obra y mitad June Carter, pero podemos decir que se centra más en su música, con la prisión de Folsom como piedra angular.

De hecho, el principal cronista, Glen Sherley, es uno de los inquilinos de la prisión quien nos sirve de nexo narrativo a lo largo de toda la obra. El es el que nos cuenta su extraña relación con el hombre de negro.

Se que no soy imparcial. Me encanta la música de este hombre y siempre me atrajo su vida. Estaba claro que yo iba a morder el anzuelo. Pero realmente este tebeo está muy bien hecho.
La manera en que el autor, el alemán Reinhard Kleist, enfocó el asunto me ha gustado, porque no se ha limitado a ir a lo fácil, leerse un par de biografías y ponerlas en imágenes.
No se ha quedado sólo ahí, sino que ha fusionado la vida de Cash con su obra, poniendo en imágenes las letras de sus canciones e integrándolas dentro de su vida, sin saber muy bien donde comienza la realidad y donde la ficción.

La última parte de la obra se centra en su última etapa vital, en la que el productor musical Rick Rubin lo rescató para el gran publico, realizando los que para mi son los mejores discos de su carrera. Dentro de estas últimas páginas se nos cuenta el momento en que Rubin le pone delante la canción Hurt de NIN para que Cash haga su versión. Este momento está tan bien contado, mezclando la letra de la canción (que resume a la perfección su vida) con un Cash crepuscular y cansado, que es imposible que a cualquier amante de la música no le llegue a su corazoncito.

Un libro que debería figurar en toda estantería de un fan de Cash, y que podría quedar igual de bien en la sección de comics como en la sección de CDs, justo al lado de Unearthed.

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